Investigando en Internet parece
que son origen italiano, del siglo XV, más específicamente en la corte del
Duque de Saboya, será por eso que también se utilizan para el postre italiano
casi más famoso, el Tiramisú.
Se llamaron en un origen, “Savoiardi”,
aquí se conocen como bizcochos de soletilla o melindros, más por la zona de Cataluña.
Su truco esencial es montar las
claras, de ahí que sea un bizochito que suba sin tener levadura, ideal para
mojar ya que absorbe muy bien.
Receta que no tiene mucha complicación,
sólo se necesitan los utensilios necesarios: varillas eléctricas y manga
pastelera.
Bizcochos de Soletilla o Melindros
Ingredientes
- 4 huevos grandes
- 80 gr. de azúcar
- 120 gr. de harina de trigo
- 1 pizca de sal
- ½ cucharita de las de moka de extracto de vainilla
- Azúcar glass (para decorar)
Elaboración
Con las varillas eléctricas montamos
las yemas junto con dos cucharadas de azúcar y la vainilla hasta que la mezcla
se blanquee, reservamos.
Por otro lado montamos las claras
con el resto de azúcar hasta conseguir
un merengue firme y brillante. A este merengue se le añade las yemas
blanqueadas y removemos con una espátula, con movimientos envolventes; después
añadimos la harina y hacemos lo mismo.
Introducimos nuestro preparado en
una manga pastelera, con la boquilla redonda. En el papel vegetal sobre la
bandeja del horno hacemos nuestros bizcochitos, no más largos de 10 cm. Como quedaban
muy finitos yo hacía un recorrido doble con la manga pastelera, me explico, sin
pasarme de los 10 cm. de largo hacía un recorrido de ida y de vuelta, procurando juntar las dos tiras. Hay que
dejar espacio entre los melindrones para que no se peguen entre ellos.
Se cubren un par de veces con azúcar
glass y se introducen en el horno precalentado a 190ºC durante unos 10 minutos,
el aroma a vainilla impregnará toda la casa.
Dejar enfriar y conservar en una
caja de lata hermética.
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