La fruta confitada era una forma
antigua de poder conservar la fruta de temporada durante todo el año, es un
dulce que nuestros abuelos y padres recuerdan a la perfección como parte de los
dulces navideños. Durante los ochenta, noventa y dos mil, esta tradición quedó
un poco más apartada y de hecho era difícil encontrar este producto fuera de
las pastelerías más tradicionales de la ciudad.
Por suerte de unos años a esta
parte ya en grandes superficies también lo venden, y ahora en Navidad es una
buena época para hacer acopio de estas frutas para las recetas de
todo el año.
Este ducle es a partir de la
pasta básica de mantequilla pero dándole un toque más festivo. De gran aroma y
sabor tanto por el Moscatel como por la fruta.
Pastas de mantequilla y fruta confitada
Ingredientes
- 150 gr. de mantequilla
- 100 gr. de azúcar blanca
- 330 gr. de harina
- ½ cucharita de las de café de extracto de vainilla
- 1 pizca de sal
- 130 gr. de fruta confitada
- 50 ml. de vino dulce, tipo Málaga
Elaboración
Derretimos la mantequilla y la
mezclamos con el azúcar, la sal y el extracto de vainilla. Poco a poco se
incorpora la harina, cuando cueste usar las varillas manuales, yo recomiendo
directamente usar las manos para integrar todos los ingredientes. Como estará
un poco harinosa, echar el vino dulce, lo que necesitéis hasta que sea una masa
manejable, os he puesto esa cantidad como referencia.
Por último se añade la fruta finamente troceada. Cuando está todo bien mezclado se le da forma de barra alargada,
para luego poder cortar las galletas. Se tapa con papel transparente y se deja
unos 50 minutos en la nevera para que tome consistencia.
El horno precalentado a tope con
calor arriba y abajo, con ayuda de un cuchillo cortamos discos de un grosor de un
centímetro y medio o dos y se colocan sobre la bandeja del horno y el papel
vegetal. Se cuecen durante unos 10-12 minutos, vigilando que no se tuesten en
exceso.
Se dejan enfriar en una rejilla y
ya tenemos listas estas pastas tan navideñas.
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