Hoy os presento una tarta que se
podría decir que es de origen mediterráneo, ya sea por el relleno o por la masa
y su forma, recuerda a muchos dulces de los países típicos bañados por el mar
Mediterráneo.
Parece una preparación
complicada, pero no lo es, es una masa bastante fácil de usar, siempre y cuando no se os reseque, de ahí el truco de
la mantequilla derretida.
El relleno se puede cambiar por
cualquier otra fruta o frutos secos.
Tarta de manzana y pasta filo
- 10-12 planchas de pasta filo
- 3-4 manzanas medianas
- 1 rama de canela
- 2 cucharadas de azúcar moreno
- Cáscara de un limón
- Zumo de ½ limón
- 100 gr. de mantequilla derretida
- Canela en polvo y azúcar moreno para espolvorear
- Leche condensada
- Pistachos pelados
Elaboración
Lo primero será preparar el
relleno, para ello pelamos y cortamos a trocitos las manzanas, se colocan en
una cacerola con la rama de canela, las dos cucharadas de azúcar, el zumo y
cáscara de limón y ½ vaso de agua. Se pone a cocer al menos 10-15 minutos
tapadito. Se remueve de vez en cuando y al final se destapa para que se evapore
lo máximo posible. Se retira la cáscara de limón y la rama de canela.
Mientras lo dejamos enfriar se
prepara la masa, se necesita un buen tramo de encimera libre para poder hacer
el “rollo” de la masa. Se derrite la mantequilla, se pone la primera plancha en
un extremo de la encimera, se pincela con la mantequilla derretida y se coloca
otra plancha de filo sobre ésta, se vuelve a pincelar de mantequilla y se repite la operación
con otra plancha más encima.
Ahora colocamos otra plancha de
filo al lado superponiéndola un poco sobre las planchas ya preparadas, se
pondrá encima otras dos planchas más realizando la misma operación. Lo que
queremos es una larga masa de pasta filo con tres capas y entre ellas
mantequilla derretida.
Cuando ya tenemos toda la
encimera ocupada con la masa vamos a colocar el relleno en hilera a lo largo de
la pasta, cerca de uno de los lados. Espolvoreamos de azúcar moreno y canela todo el resto de masa.
Con cuidado vamos a enrollar la masa sobre sí misma, empezando
desde el lado que tiene el relleno. Cuando tenemos una “salchicha” de masa
enrollada, vamos formando una espiral girándola sobre sí misma con suavidad hasta conseguir la
forma de la tarta.
Con cuidado se pasa al molde
seleccionado y barnizado de mantequilla. A la rosca también se la pincela con
mantequilla y se lleva al horno precalentado a 180ºC durante 35 minutos, hasta
que veáis que la masa está dorada.
Ya sólo queda bañarla de leche
condensada (echarlo en forma de hilo) y añadir unos pistachos picados.
Una delicia.
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