Hoy os presento una variación de la
famosa Tarta Tatín, le cambiamos su principal ingrediente, la manzana, por unos
tempraneros melocotones y la base de masa quebrada por un bizcocho genovés, ¿Qué
queda entonces de la Tatín? Su especial proceso de caramelizar con mantequilla
a la fruta.
Quedo exquisita, una parte de bizcocho
se empapó del caramelo y otra parte no, así que también aportaba su característico
sabor a huevo.
Gran combinación.
Tarta de melocotón caramelizado con vino de Málaga
Para el relleno
- 150 gr. de azúcar moreno
- 130 gr. de mantequilla
- El jugo de un limón
- 1 kg de melocotones
- 40 gr. de azúcar blanca
- ½ vaso de los de vino de Málaga
Para la base
- 60 gr. de azúcar blanca
- 4 huevos
- 120 gr. de harina
- 1 pizca de sal
- 5 gr. de levadura seca
Elaboración
Se pelan y cortan los melocotones, se van dejando en
un bol con el vino, el azúcar (blanca) y el zumo de limón. Lo ideal es
dejarlo macerar unas horas.
Después debéis elegir un recipiente
que se pueda poner en la vitrocerámica o gas (según tengáis en la cocina) y que
también sirva para el horno. Lo mejor de todo las fuentes de cristal aptas para
ambos modos de cocinar. Primero lo
colocamos sobre el gas o vitro con el azúcar, lo convertimos en caramelo a
fuego lento, cuando está en su punto se retira de la fuente de calor, se le
añade los 130 gr. de mantequilla a daditos y se remueve para que se derrita y
mezcle con el caramelo. Llegado este momento los trozos de melocotón se colocan
en la base del recipiente que lleva el caramelo con la mantequilla, intentando
cubrir toda la superficie, que no quede ningún espacio libre, ya al final se
pueden cortar trocitos pequeños de los melocotones para esos huecos que queden. A
fuego lento se deja al menos una hora, sin remover para evitar descolocarlos,
ya que su presentación es al revés (tipo flan) y lo que se ve es la base de la
tarta: los melocotones caramelizados. Durante ese tiempo los melocotones van
tomando un color más oscuro y el olor que se desprende es muy reconfortante.
Ahora preparamos el bizcocho genovés: Se
baten con las varillas eléctricas el azúcar y las yemas, hasta conseguir una
textura espumosa y blanquecina. Por otro lado se montan las claras a punto de
nieve. Cuando estos dos pasos están hechos, se unen, con movimientos
envolventes y una cuchara de madera, se añade el resto de ingredientes y se
integra todo.
Esta esponjosa mezcla se coloca encima
de los melocotones ya templados y se lleva al horno a 210ºC sólo calor abajo
durante 30 minutos.
Cuando el bizcocho haya subido y dorado nos indicará que está listo, dejar templar y darle la vuelta en el
plato de presentación.
Espero que disfrutéis tanto como
nosotros de esta variante de la Tarta Tatín.
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