La receta de hoy es una versión libre de la famosa tarta de
San Marcos, fue el postre del día de la madre, y la mía quería una tarta de
yema de huevo, así que busqué la receta que más me gustó de este postre y le
hice una variación: en vez de rellenarla de nata o trufa, la rellené de la
misma crema de yema que le cubre; así que puede perfectamente llamarse tarta de
yema y yema.
Lo que más me sorprendió fue el color tan suave y la
ausencia de brillo, una vez más te hace pensar en qué llevarán muchas de las
tartas industriales. Es verdad que yo no lo caramelicé, pero sorprende de todas
maneras.
Su sabor ha resultado “delicatesen”, así ha sido denominado
en casa, jajajaja la verdad es que siempre es un placer cuando hacen halagos de este tipo.
Es preferible realizarla en dos momentos: el primer día el
bizcocho y el segundo la crema de yema. Como en muchas ocasiones según pasan
los días va tomando más sabor la crema.
Tarta de Yema y Yema
Ingredientes
Para el bizcocho genovés
- 80 gr. de azúcar blanca
- 4 huevos
- 120 gr. de harina
- 1 pizca de sal
- 5 gr. de levadura seca
Para emborrachar el bizcoho
- Brandy
- Mermelada de albaricoque
- Agua
Para la crema de yema
- 300 gr. de azúcar blanca
- 100 ml. de agua
- 8 yemas de huevo
- 35 gr. de maicena
Elaboración
Primer día: bizcocho genovés. Se baten con las varillas eléctricas
el azúcar y las yemas, hasta conseguir una textura espumosa y blanquecina. Por otro
lado se montan las claras a punto de nieve. Cuando estos dos pasos están
hechos, se unen, con movimientos envolventes y una cuchara de madera, se añade
el resto de ingredientes y se integra todo.
En un molde redondo y engrasado se coloca y se lleva al
horno, previamente precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo durante 30
minutos. Se deja enfriar en una rejilla.
Segundo día. Se hace un almíbar: en un cazo se coloca el
agua y el azúcar, no se remueve, se deja que hierva cinco minutos y entonces si
se le dan unas vueltas con la cuchara, dejamos que se entibie.
En un cuenco colocamos las 8 yemas y la maicena, con las
varillas manuales integramos muy bien y cuando el almíbar esté listo se le
integra, debe ser en forma de hilo y continuamente moviendo las varillas, para
que las yemas no se cuajen al contacto con el almíbar caliente y todo se mezcle
bien. Entonces se lleva a ebullición con fuego suave y sin parar de remover
poco a poco irá espesando, por lo menos que cueza uno 8-10 minutos para que
luego tenga buena consistencia. Una vez conseguida la textura buscada se deja
templar.
Ahora se corta en
tres partes iguales (capas) el bizcocho, mezclamos los ingredientes para
emborrachar al bizcocho a partes iguales y lo que se necesite, por eso no os
pongo cantidades. Se reparte con la ayuda de un pincel por la primera capa de
bizcocho, a continuación se cubre con un poco de crema de yema.
Se coloca encima la segunda capa de bizcocho y se repite la
operación: se pincela la mezcla y se cubre con yema. Ahora se coloca la última
capa de bizcocho, se emborracha y ya se utiliza el resto de crema de yema para
cubrir las paredes y parte superior de la tarta. Un truco: es importante hacer
este paso del montaje sobre el plato ya de presentación, podéis reutilizar el
papel vegetal que usasteis para hornearlo o uno nuevo. Tapáis con ello las
partes del plato que se quedan vacías, el borde, así cuando caiga crema no
manchará en exceso el plato, ya que es un tanto pegajoso y puede daros más
trabajo.
Ahora mínimo una hora en el frigorífico para que termine de
cuajarse la crema de yema. Para decorar usé unas grosellas rojas por dos
motivos: para el contraste de colores y para el contraste de sabores (dulce/ácido)
ya sabéis que me encantan estos juegos.
Espero que disfrutéis de esta alternativa a la clásica San
Marcos
Gracias a Webfritos por la receta original
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