Hay momentos en la vida en que te
encuentras que un familiar o persona cercana por edad o enfermedad tiene
problemas para masticar con normalidad y se debe controlar la deglución de
sólidos con una determinada textura.
Este es el caso que ahora se
presenta en mi familia, cuando los abuelos se hacen mayores y por enfermedad no
pueden comer con normalidad. Además de todo lo que conlleva un ictus que te
afecta al área de lenguaje tienes que pensar ¿Qué come hoy la abuela?
Pues el domingo fue un día de
esos donde sientes en primera persona que la familia es mucho más que las
personas que tienes a tu alrededor, vivas, sientes que la familia es una red que va más
allá de lo físico, es una memoria, una sensación que está ahí apoyando en todo
momento.
Cuando mis abuelos eran pequeños
no existían papillas comerciales, las madres de entonces se las tenían que
ingeniar para preparar un alimento completo y rico para que sus bebés pudieran
comer. En el caso de mis abuelos la papilla era de harina tostada, sencilla
en ingredientes, amoroso sabor y aroma a polvorón (jijijiji así es como lo
hemos denominado las nuevas generaciones al probarla).
Esta receta no la tenemos
registrada en ningún lado, pero ahora que se ha necesitado la hemos obtenido. Era
muy impresionante ver a mi madre la mañana del domingo estimar los ingredientes
y su preparación, parecía que llevaba toda la vida haciéndola, sólo teniendo lejanos recuerdos de su abuela preparándola cuando ella era niña.
Cuando una persona está enferma y
en este caso además es mayor, es muy importante trasmitir seguridad y sensación
de tranquilidad, así que esta papilla cumplía dos funciones, nutrir el físico y
alimentar el alma. Qué mejor qué evocar los sabores de la infancia para trasmitir
amor.
También he decir que cuando en
casa la probamos, descubrimos lo rica qué está, así que no hace falta ser un
bebé o estar enfermo para saborear esta receta tan antigua y sabia.
Gracias al sistema familiar por
estar ahí apoyando y trasmitiendo nuestra historia.
Papilla de Harina Tostada
Ingredientes
- 1 litro de leche
- 70 gr. de harina de trigo
- 50 ml. de aceite de oliva suave
- 150 gr. de azúcar blanca
Elaboración
Lo primero de todo será tostar y
tamizar la harina, en una sartén se coloca la cantidad indicada, si la queréis más espesa añadir algo más. A fuego lento
y con la ayuda de una cuchara se va calentando y después tostando, muy importante:
remover constantemente para evitar que se queme. Cuando tenga un color dorado
oscuro se retira, se templa y después se tamiza con un colador para evitar
grumos en la papilla.
Por otro lado en un cazo se
calienta el resto de ingredientes, cuando está templado se incorpora la harina
ya preparada y con la ayuda de unas varillas manuales se integra bien todo. Ahora
tiene que llegar a punto de ebullición. Entonces se baja un poco el fuego y se
sigue removiendo al menos unos 25 minutos, hasta que la harina esté bien cocida y espese en su punto y así pueda ser digerida por estómagos delicados.
Ya tenemos nuestra papilla de
harina tostada preparada para dar mimos y alimentar.
Que hermosa receta 🥰
ResponderEliminarQue hermosa receta 🥰
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