Aquí os presento estas pequeñas
tentaciones o paciencias como se hacen llamar, dulce tradicional, de toda la
vida, con un sabor a huevo y un aroma a anís que cuando te comes una siempre
cae alguna más.
Fue muy gracioso, porque esta
semana les llevé una caja a mis abuelos, me enterneció mucho cuando los veía a
los dos cogiendo una tras otra, deleitandose, parecía que habían vuelto a la infancia y
estaban en la merienda.
Lo más típico es remojarlas en
leche, como si fueran cereales, son crujientes pero al hidratarse no se
deshacen, mantienen su forma.

Paciencias
Ingredientes
- 2 huevos
- 1 yema
- 150 gr. de azúcar blanca
- ½ chupito de anís
- 200 gr. de harina de trigo
Elaboración
Lo primero será montar las dos
claras a punto de nieve con las varillas eléctricas, una vez en su punto sin
parar de batir, se añadirán las yemas, una a una, después el azúcar y por
último el anís, veréis que la masa baja de volumen pero no pierde su
esponjosidad.
Ahora le toca el turno a la
harina, se debe añadir poco a poco sin dejar las varillas, en este paso deciros
que tengáis cuidado con el polvo que se levanta de este ingrediente, yo no paré
de estornudar en este proceso.
Cuando están todos mezclados se coloca en la manga pastelera con una boquilla lisa. Sobre
la bandeja del horno y el papel vegetal, hacéis pequeñas gotas, no más grandes
que una avellana pelada, luego en el horno se extienden y toman esa forma
de monedita.
Se cuecen en el horno
precalentado a 210ºC con calor arriba y abajo durante 10 minutos mínimo, los
bordes deben dorarse y finalmente se dejan enfriar una vez sacadas del horno.
Listas para el desayuno o la
merienda (aunque normalmente se nos irán ente horas, jejejeje).
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