Se acaba Septiembre y con el mes
la idea de acercar la repostería islandesa a nuestras mesas, en estas cuatro semanas he presentado
algunos ejemplos que son fáciles de hacer y muy ricos.
Esta tarta, la Vinarterta, por lo que he leído es típica de las Navidades
y a veces también se utiliza para bodas, el registro más antiguo que se tiene
de ella es de 1800, investigando por internet he visto que en Canadá también es
típica para las fiestas, y no me extraña, porque realmente no están tan lejos y
las familias de emigrantes siempre se llevan su cultura allí donde van, así que
fácilmente puede ser una receta “heredada” de la isla del agua. Lo más curioso
es que si sigues investigando acabas descubriendo que tanto la tarta como su
nombre (Vinarterta=vee-nar-terta) es una variación de “Viena Torta” así que no me extraña tampoco
que los islandeses la tuvieran como
herencia de emigrantes europeos, jejejeje al final todo queda en familia.
¿Recetas? Tantas como familias
islandesas y canadienses quieras, parece que la tradición del ruibarbo es más
de la parte islandesa, aunque ellos también usan las ciruelas como en Canadá,
yo opté por el ruibarbo para que fuera más exótica. En España no tenemos esta
fruta o verdura, según donde busques información la clasifican de una forma u
otra, pero todos aciertan en describir su sabor ácido que combina perfectamente
con otras frutas o sólo con azúcar en compota.
Es más fácil de encontrar en
países europeos que están más al norte, yo lo he llegado a tener fresco, previa
petición a mi hermano que vive en Alemania y allí es muy típico, pero la
compota a veces la podéis encontrar en supermercados alemanes como Aldi o Lidl.
La receta está tomada del mismo
libro que la primera receta que publiqué este mes, todo un descubrimiento.
Vinarterta de Ruibarbo
Ingredientes
- 126 grs. de mantequilla derretida
- 125 grs. azúcar blanca
- 2 huevos
- 360 grs. de harina normal
- ½ cucharita de las de café de levadura de panadería
- 15 vainas de cardamomo pequeñas
- 110 grs. de leche
- Ruibarbo en compota
Elaboración
Derretimos la mantequilla en un
cazo y añadimos el azúcar, con unas varillas manuales se mezclan bien y después
se añade uno a uno los huevos sin dejar de batir mientras tanto. Cuando los
tres ingredientes están hecho una cremita fina de color amarillo claro, se
incorpora toda la harina con la levadura, la leche y los granos de cardamomo
desenvainados y machacados con un mortero.
Se amasa todo bien hasta conseguir
una mezcla que se despega a la perfección de las manos y tiene una buena
consistencia, si no fuera así, podéis añadir un poco más de harina hasta
conseguirlo.
Ahora se tapa y se lleva a la nevera
por una hora. Pasado su tiempo de reposo, se divide en cinco partes iguales, se
estiran en una superficie plana con ayuda de un rodillo y con un aro, en mi
caso de uno 18 centímetros se hacen un disco por cada parte en que se ha
dividido la masa. Como mis discos no eran muy grandes me salió otra porción
extra, así que hice la tarta de 6 pisos.
De una en una o dos en dos, según
su tamaño, se introducen al horno previamente precalentado, en una bandeja con
papel vegetal a 190ºC unos 15 minutos,
hasta que veáis que los bordes se doran pero las tortas deben quedarse en un
tono claro.
La tarta se monta aun estando
caliente la masa, así que según van saliendo los discos del horno los colocáis ya en el
plato de presentación con una capa, no muy alta de la compota de ruibarbo, y
sino mermelada de ciruela roja., intercaláis la masa y el relleno hasta
superponer todas las capas, la última capa es de masa no de compota.
Ahora se deja enfriar y a
degustar, es fácil de partir, que no os amedrente su altura, con un buen
cuchillo podéis hacer las porciones bien pequeñas que no se os desmontará.
Espero que os guste.
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