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Pestiños de Miel


Aprovechando que hoy es fiesta en Madrid capital, San Isidro Labrador, os presento esta receta que suele estar presente en los pueblos y en sus festividades. En el día de hoy sería más típico las rosquillas del santo, que ya las publiqué hace dos temporadas, así que esta vez toca variar y probar esta receta que tomé de una web llamada recetasdemama.es. Desde aquí les doy las gracias por compartirla y por lo fácil que lo describen.
Lo que me sorprendió de esta receta es que a pesar de lo dulce que es, no lleva nada de azúcar, todo ese dulzor se lo da la cobertura que es puramente miel. Como otras veces he dicho, por desgracia cada vez hay más mieles de baja calidad en el mercado, yo recomiendo para esta receta utilizar una de mejor calidad que dará aroma además del dulzor.

Al final me doy cuenta de que con lo que más disfruto es elaborando recetas antiguas, me trasladan a otros tiempos vividos o no vividos, que me hacen pensar y sentir la magia de la vida, sé que es difícil de explicar, pero no importa, yo sé lo que siento.

Otra versión de los pestiños es con una cobertura de azúcar y canela en vez de miel. El procedimiento es el mismo sólo que al sacarlos de la sartén se pasan directamente por la mezcla de estos dos ingredientes en vez de la miel. Así que para gustos... los pestiños.
 
Pestiños de Miel

Ingredientes 

  • 250 gr. de vino dulce tipo moscatel
  • 125 gr. de aceite de oliva suave
  • 1 cáscara de naranja
  • 50 gr. de sésamo
  • 3 clavos de olor
  • ½ kg. de harina de fuerza
  • 1 pizca de sal
  • Aceite de oliva para freír
  • 1 bote de miel de buena calidad

Elaboración

Lo primero de todo será aromatizar el aceite que se va a utilizar para la masa,  lavamos, secamos y pelamos una naranja, evitando llegar a su carne para que luego no salte en el aceite. La ponemos en una sartén con el aceite y a fuego medio dejamos que ésta se dore sin llegar a freírla, entonces retiramos la sartén del fuego y lo dejamos enfriar.

Mientras con la ayuda de un molinillo de café molemos los 3 clavos de olor y el sésamo, las semillas deben estar tostadas, para que así den más sabor, si tenéis el sésamo crudo, simplemente que lo paséis unos minutos por una sartén dándole vueltas será suficiente para darle ese punto.

Ahora, en una fuente grande y honda, se vierte la mitad de la harina y la sal, se mezcla con los clavos y sésamo molido; después se le añade el vino dulce y el aceite ya frío y sin la cáscara de naranja. Se amasa y después se añade el resto de harina, es una masa fácil de trabajar y nada pegajosa. La dejaremos un rato reposar tapada con un trapo.



Ya sólo queda el momento de freír, como otras veces en recetas similares, mi recomendación es hacerlo entre dos personas, una se encarga de darle forma al dulce y otra de freírlo. Se toma un poco de masa y se estira con el rodillo dándole forma ovalada, no más grande que la palma de una mano, debe ser muy fina, porque luego con el calor crece de tamaño. Antes de echarlos en la sartén se retuercen casi dos veces por el centro, para conseguir esa forma de lazo. Los pestiños suelen estar siempre tostados, así nos aseguramos de que están hechos por dentro. Cuando se sacan de la sartén se colocan sobre papel de cocina para retirar el exceso de aceite.

En un cazo se calienta la miel y cuando esté más líquida de lo normal se van introduciendo uno a uno los pestiños, bañándolos generosamente para colocarlos después en la fuente que hayáis elegido para presentarlos.







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