Todas las personas que conozco que han viajado a
EEUU sobre todo a New York vienen enamorados de estos panes, parece ser que en
dulce o salado es un bollon muy extendido
por aquellas tierras, ya que por estas es difícil encontrarlos, su precio es
elevado y su sabor no llega a ser como los de allí, trasmito palabras textuales
porque yo no he viajado, aún, a EEUU y no puedo decirlo en primera persona.
Si entramos en su historia vemos
que nació en Cracovia, Polonia a mediados del siglo XVI, de hecho en el “Reglamento
de la Comunidad de Cracovia” en 1610
declaraba que se debería dar como regalo un bagel a la mujer que pariese. Hasta principios del siglo XVII se convirtió
en una parte fundamental de la dieta polaca. A mediados del siglo XIX se
extendió su consumo entre la comunidad judía, sobre todo desde que las
panaderías londinenses las comercializaran y posteriormente emigraran a EEUU.
Lo más curioso de este bollo es
su elaboración, antes de pasar por el horno tiene un paso por la plancha y otro
por una olla con agua hirviendo, la verdad es que su procedimiento es un tanto
curioso, pero luego el resultado es proporcional. Tanto para dulce como salado
es un buen aliado de desayunos y cenas. Su decoración más típica es con sésamo
o semillas de amapola, pero con otras semillas como las pipas de girasol o
avena también quedan bien. Aquí os presento esta receta centenaria que me
imagino que habrá sido básica en la alimentación de innumerables personas.
Bagels
Ingredientes (para nueve unidades)
- 250 gr. de agua tibia
- 2 cucharaditas de aceite de oliva
- 375 gr. de harina de fuerza
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 pizca de sal
- 1 cucharadita de levadura seca granulada
- 1 clara de huevo
- Semillas para decorar
Elaboración
En un bol de paredes altas mezcla
los ingredientes secos: la harina, 1 cucharada de azúcar, la sal y la levadura,
remueve y seguidamente vierte el aceite y el agua templada y amasa al menos
unos diez minutos, hasta que sea una masa homogénea y elástica, colócalo en un recipiente
engrasado, tápalo con un paño y déjalo fermentar en un lugar cálido de la casa
unos 45 minutos.
Pasado ese tiempo vuelve amasarlo
para extraerle el aire y dale otra fermentación de 10 minutos tapado con el
paño. Divide en nueve porciones y dale la forma redondeada y con el dedo haz un
agujero en el centro. Debe ser de unos 4 centímetros porque luego con el resto
del procedimiento se hará más pequeño el agujero. Ya sólo queda el último
reposo de 20 minutos.
Calienta una plancha o sartén
gruesa y pasa a los bagels por ella unos dos minutos por cada lado, evitando
que se tuesten. Ahora en litro y medio de agua, añade la otra cucharada de
azúcar y lleva a ebullición. Cuécelos
unos 7 minutos dándole la vuelta a la mitad de tiempo. Cuando los saques de la
olla hazlo con la espumadera y sécalos con papel de cocina con cuidado de que
no se queden pegados; déjalos sobre un
papel vegetal en la bandeja del horno.
Con un pincel de cocina barniza a
los bagel y decora con las semillas elegidas, sólo falta introducirlos al horno
precalentado durante 30 minutos a 190ºC,
deben tomar un color tostado.
Para consumirlos es mejor fríos y
como digo se pueden rellenar de dulce: mantequilla y mermelada o salados: queso
crema y salmón ahumado… aquí ya entra en juego vuestra imaginación.
Que buena pinta, no conocía tu blog. Me quedo por aqui como seguidora :)
ResponderEliminarUn saludo,
http://cocinaconann.blogspot.com.es
Hola!!! Pues muchas gracias por quedarte por aquí!!!
EliminarUn dulce saludo
Me han encantado los bagels, no conocía esta receta, ni mucho menos su historia, muy interesante.
ResponderEliminarMe quedo por tu cocina.
Besos.