En cada país hay una serie de
dulces para celebrar la Navidad y tras ver uno de los dulces típicos de Italia,
hoy nos trasladamos a Alemania y aprendemos a realizar un Stollen, o pan dulce
de pasas y mazapán. Y con ello me doy cuenta de lo afortunados que somos en esta época pudiendo disfrutar de tanta variedad.
Buscando un poco su historia,
parece que fue en 1329 cuando aparece el primer registro de su existencia,
antiguamente lo llamaban Christstollen, su nombre, forma y color por el azúcar
glass, pretenden asemejar a Cristo recién nacido envuelto en su toquilla. Por eso es uno de los dulces
navideños por excelencia de la cocina germana.
Ya el año pasado me quedé con
ganas de realizar uno, pero me faltó tiempo para ello, más tarde encontré esta
receta perteneciente a una familia que vivió en 1900. En ese mismo blog había un enlace a un video, ya más actual de una pastelería que los realiza, era muy interesante ver la cantidad de “panes”
que hacían por momentos, digo panes, porque cuando salían del horno y antes de
que le dieran el baño de mantequilla y azúcar eso es lo que eran.
En mi caso lo he hecho lo más
tradicional posible al contar con ventaja de tener un hermano viviendo en
Berlín jijiji, ya que me trajo el mazapán alemán, que es más amargo que el
español y el zitronat (que es limón verde confitado que ellos utilizan). Aunque sin estos
ingredientes podéis confeccionarlos igualmente, con nuestro mazapán y naranja o limón confitado a vuestro antojo.
Esta masa es más rápida y fácil de hacer
que otras que últimamente os he presentado, pues aunque lleva levadura en polvo no
necesita reposar, de hecho un stollen es más bien una masa compacta, que no fermenta, porque entonces subiría la masa y se convertiría en algo
más esponjoso como un brioche.
Primera receta del 2014,
sencilla y con raíces europeas que sirve para un buen desayuno o merienda.
Ingredientes
- 500 gr. de harina
- 1 sobre de levadura en polvo
- 1 pizca de vainilla
- 2 cucharadas de ron
- 1 cucharada de zumo de limón
- 1/3 de cuchara de nuez moscada
- 1/3 de cuchara de semillas de cardamomo
- 2 huevos
- 40 gr. de mazapán
- 175 gr. de mantequilla
- 250 gr. de queso quark o queso batido
- 250 de pasas sultanas
- 50 gr. de zitronat
- 50 gr. de almendra en dados
- 75 gr. de azúcar blanca
Para el glaseado
- 2 cucharadas de mantequilla
- Azúcar glass (la que se necesite)
Elaboración
En un recipiente grande ponemos
la harina y la levadura, lo removemos para integrar y en medio echamos: el
azúcar, las especias ya nombradas, el ron, la vainilla, el zumo de limón y los
huevos, lo amasamos con las manos para conseguir una masa pegajosa; seguimos
añadiendo la mantequilla a daditos y el queso batido. Si al seguir amasando
sigue con una textura pegajosa, añadir más harina hasta que se os despegue de
las manos.
Ya tenemos la masa lista, ahora
hay que incorporar las pasas, las almendras y el zitronat, que es parte del
relleno, se vuelve a amasar para repartir bien estos ingredientes. Sobre una
superficie plana lo estiráis con las manos hasta conseguir un rectángulo de no
más de 20 centímetros de ancho.
Ahora tomamos el mazapán y le damos forma de barrita igual de larga que la masa, la colocáis de la mitad hacía un extemo. Entonces plegáis éste sobre si mismo y le daís la vuelta,
los dobleces quedarán en la parte de abajo del pan. Lo colocáis sobre la
bandeja del horno y un papel vegetal y lo horneáis a 200ºC unos 40 minutos,
atentos con el tiempo de cocción, ya que la receta que yo ví hablaba de 70
minutos en el horno, si yo hubierta dejado mi stollen ese tiempo tendría un
trozo de carbón, por eso he rebajado a 40 minutos, pero sería bueno que
estuvieráis al tanto de cómo se hornea. Y ya sabéis que tenemos que precalentar el horno antes
de meter el bollo.Se cuece durante sus 40 minutos y cuando introducís un cuchillo y sale limpio, debéis
sacarlo del horno y colocarlo sobre una rejilla para que se vaya enfriando
por la parte inferior.
Ponéis a calentar la mantequilla, cuando esté líquida y con ayuda de un pincel bañaís al stollen por la parte
de arriba y por los lados, en el video ví que lo sumergían en un cazo de
mantequilla, pero para nuestro caso que sólo es uno, con un pincel podemos
perfectamente cubrirlo, eso sí ser generosos en la cobertura, rápidamente espolvoreamos bien de azúcar glass,
mientras la mantequilla no se ha enfriado y así conseguiremos que se adhiera
mejor al pan y no se caiga.
Se deja enfriar por completo y se
sirve a rebanadas, creo que su sabor aumenta de un día para otro, el resultado os va a encantar.
Fuente:
blog.elcorreo.com/cuadernosdelcairo
vaya no conocía este pastel, tiene que estar buenísimo
ResponderEliminarfeliz 2014
Pues está buenísima!!!!
EliminarFeliz 2014 para tí también