¿Quién iba a decirme a mí que celebraría mi
cumpleaños con una tarta de Crema Catalana?
Pues sí, aquí estamos un 31 de Julio más para
celebrarlo y lo hago con una receta donde el caramelo es el ingrediente
protagonista. Hace unos años hubiera sido impensable, no me gustaba el
caramelo. Y es que entre otras cosas cuando vas cumpliendo años, tu paladar
amplía el abanico de sabores favoritos y se sabe apreciar un buen aroma y
sabor.
Ni el caramelo, ni el queso ni el coco
hubieran sido ingredientes para mi perfecta tarta de cumpleaños. Pero los
tiempos cambian, siempre para mejor, aunque en algunos momentos nos cueste ver
la puerta de salida.
Los días de cumpleaños siempre remueven
emocionalmente, son días especiales y delicados, de hecho en algunas culturas oreintales no se dice que es el cumpleaños de uno hasta que no ha pasado la
fecha. Son días en los que inevitablemente haces repaso de los últimos 12 meses,
donde estuviste la última vez y con quien lo celebraste. El año pasado me
regalé un buen día de aniversario alejada del mundanal ruido, en pleno campo,
pero este año toca estar en la ciudad, ir a la oficina, recibir felicitaciones
y sobretodo celebrarlo con los míos, que siempre es un placer.
¿Mi deseo para este año? Mmmm ilusión y
confianza, dos aspectos que en estos momentos nos es más difícil encontrar y es
nuestra tarea hacerlos nuestros. Estos días observándome he llegado a una
conclusión: la felicidad es la tranquilidad que una tiene cuando está en un
bache (por llamarlo de alguna manera) de su vida y una voz muy serena
dentro de sí confirma que todo es pasajero, esa ahora mismo es mi felicidad.
El 31-07-13 cumplo 31. Nunca se volverá a
repetir tanta magia con los números: cumplo el mismo número del día y el año es
el mismo número pero al revés, esto sólo puede significar una cosa: algo
especial, seguro!!! Esta fue la conclusión que saqué hablando hace unas semanas
con un amigo especial, de esos con los que no hablas todas las semanas o todos
los meses, pero de repente aparece, esta ahí y te dice las palabras que
necesitas.
Las señales están para verlas, seguirlas y
disfrutar averiguándolas, no sé que me traerá este 31 cumpleaños, os lo diré en
365 días!!!
Y ¿Sobre la crema catalana? Un dulce típico y
rico que ni Amélie podía resistirse a no romper su característica cobertura de
cristal ahumado.
Tarta de Crema Catalana
Ingredientes para la masa
- 375 grs. de harina de trigo
- 180 grs. de mantequilla fría
- 1 pizca de sal
- Agua fría
-
1 litro de leche
- Vainilla en polvo
- 3 yemas de huevo
- 1 vaso de los de agua de azúcar blanca
- 3 cucharadas soperas de harina
Ingredientes para la cobertura
-
Azúcar blanca
Elaboración
Lo primero será hacer la masa para que repose
mientras realizamos el resto de la tarta. En un recipiente hondo se echa la
harina, la sal y la mantequilla fría a dados. Con la mano se debe desmenuzar e
intentar mezclar, como son dos ingredientes secos no llegarán a unirse, se
convertirá en una especia de migas de pan húmedas, en ese momento añadir
agua bien fría, debéis hacerlo poco a poco, con pequeños chorritos, porque la
masa no necesita mucha cantidad. Una vez bien trabajada, podréis hacer
una bola con tono amarillo y nada pegajosa, perfecta, la envolvéis en film
transparente y a la nevera para que repose.
Mientras en un cazo vertéis el litro de leche
menos una taza que lo apartaréis para mezclar la harina. En ese cazo además
echáis,el azúcar, las tres yemas y la vainilla. Con unas varillas eléctricas
le dais un golpe de aire para que quede bien esponjosa la crema, encendéis el
fuego y calentáis sin dejar de remover con una cuchara de madera. Una de mis bisabuelas decía que siempre hacía el mismo lado.
En la taza de leche que habéis reservado se
echa la harina y mezcla bien para
evitar grumos. Cuando la leche del cazo está caliente y a punto de
ebullición, sin dejar de remover se vierte despacio la harina diluída. Ya están todos
los ingredientes, ahora sin parar de darle vueltas dejar que hierva durante 3-4 minutos y veréis que la textura cambia
creándose una especie de natilla de color claro. Ya se puede apagar y dejar
enfriar.
En el molde donde se vaya a hornear y
previamente engrasado con un poco de mantequilla se pone la masa quebrada que
ya hemos trabajado con un rodillo, se ha estirado y dado la forma del
recipiente. Se vierte encima la crema y se lleva al horno precalentado con el
fuego abajo a 180ºC durante unos 40 minutos, en los últimos 10 minutos podéis
darle calor también arriba. No es un tarta que se dore mucho, simplemente se
nota que la masa ya está cuajada, se saca del horno y se deja enfriar entre
12-24 horas.
Ya sólo queda hacerle su rica cobertura, si
queréis que tenga un buen craquelado al tomarla, recomiendo hacer el caramelo
poco tiempo antes de su consumición, pero también es verdad que según pasa el
tiempo y el caramelo se licua adquiere un sabor cada vez más rico.
Yo lo he hecho con soplete de cocina, también
sé que hay quemadores eléctricos o más artesanales, ahí cada uno como se sienta a
gusto y tenga por casa. Mi recomendación es no echar todo el azúcar de golpe,
porque se va a humedecer y dificultará su caramelización, ir echándolo por
zonas e ir haciendo la corteza sin llegar a quemarlo demasiado.
Ya sólo falta en mi caso soplar la velas y
agradecer que estéis detrás de vuestras pantallas.
Ahh! Por cierto, hecho el cierre
momentáneamente y me tomo unas vacaciones, volveré en unas semanas con muchas
más recetas e historias que contar.
FELIZ VERANO A TODAS Y TODOS
Babas por todo el teclado, la culpa es tuya, por hacer estas cosas tan ricas, ¡mecachis!
ResponderEliminarJajajajajajaja mea culpa!!!!! Pero no puedo hacer otra cosa jijijijijiji.Muakkk
Eliminar¡Qué pedazo de idea me acabas de dar!, nunca había visto una tarta de crema catalana, ¡qué guay!
ResponderEliminarJejejejeje nada como un poco de creatividad en la cocina!!!!!
Eliminar