Hoy os quiero contar una historia
de las que alegran el corazón y hacen que sigas creyendo en la magia de la
vida.
Hace un mes, más o menos el horno
de mi casa decidió pasar a mejor vida. Estaba un domingo por la mañana en casa
haciendo el dulce de la semana: Bayonesas de Cabello de Ángel cuando se fueron
los plomos de mi casa. Al principio
no le di mucha importancia. Volví a subir los fusibles y recogí los utensilios
de cocina mientras la bayonesa se cocía en el horno. El horno seguía sonando
pero para mi sorpresa el calor dentro iba mermando. Justo en ese momento, que
el hojaldre es una masa con la que hay que tener mucho cuidado con la
temperatura a la que se hornea, para que suba perfectamente y las capas queden
bien hechas, justo en ese momento, el horno se había roto. Podrá parecer
exagerado pero me quedé sentada delante
del horno y noté que algo también se me había roto dentro de mi. Durante un
buen rato me quedé paralizada. No me enfadé porque se rompiera pero me di
cuenta que me dolía porque sentía como si un buen compañero se hubiera ido.
Había estado conmigo desde el principio de mi independencia, con mis días
buenos y mis días malos. Encender el horno siempre significaba que tenía un
“hogar”.
Por las dimensiones de mi casa, tengo una cocina pequeñita y no estaba
equipada con un horno convencional. Este pequeño pero importante detalle no me
detuvo a la hora de mudarme, porque ya conocía los hornos de Severin y en
cuanto estuve allí viviendo me compré uno. Mucha gente que ha estado en mi casa se ha sorprendido que con un
electrodoméstico tan pequeño como son los hornos de mesa pueda hacer tantas
cosas, no sólo dulces, las quiches o mousakkas también son mi especialidad
jejeje.
Y así terminé el fin de semana,
sin horno y con un vacío interior. ¿Qué hago? ¿Es una señal de que debo parar?
¿Continúo? Seguía en estado de shock y sabía que tenía que tomar una decisión.
Unos días después, comiendo con
la familia, mi hermano me sugirió que podía escribir mi historia y enviarsela a
la marca de los hornos. Era una bonita historia y muy tierna. Seguro que les
gustaría saber que uno de sus hornos era parte de mi sueño: ser una dulce
pastelera y quien sabe si algún conseguiré abrir un café.
Así que, me puse a ello y les
escribí un email, de hecho algunos párrafos de esta entrada son de dicho email,
donde relataba toda mi historia de cómo me independicé, lo que significa para
mí la cocina, como “mi pequeño Severin” me ayudaba y cómo se creó el Blog.
Cuando hacía el primer esbozo de la carta no podía evitar que se me saltaran
las lágrimas, era como evaluar mis últimos cinco años y darme cuenta de lo
importante que se ha vuelto para mí la cocina y en especial la repostería.
Llegó el lunes siguiente y les
envíe el email, para mi sorpresa me contestaron rápidamente y después de
intercambiar algunos correos, me dijeron que querían hablar conmigo por
teléfono. Por la tarde les llamé y me atendió uno de sus directores
comerciales. Muy atento y educado me dijo literalmente tres cosas: 1º gracias
por haber compartido con ellos mi historia, 2º felicidades por el blog y 3º
querían ver cómo podían hacer para que siguiera cocinando con un horno Severin.
Yo no entraba en mí de alegría,
era la señal más grande que había visto, debía continuar con mi sueño, con mi
proyecto, desarrollando la creatividad, superándome y aprendiendo técnicas y
recetas nuevas. Ese mismo jueves tenía mi nuevo horno en casa, la vida me
estaba diciendo: sigue, no te detengas, a por tu sueño. Para eso estamos en el
mundo, para seguir nuestros sueños y hacerlos realidad.
Desde aquí quiero dar las gracias
de todo corazón a la marca Severin por ayudar a crear magia, porque el hecho de
que tengamos cocinas pequeñas no quiere decir que no podamos hacer grandes
platos. Pues todas las recetas que aparecen en mi blog y que necesitan ser
horneadas han sido hechas con un horno de pequeñas dimensiones y de sobremesa.
Que no sea una excusa para no cocinar, eh??
Para empezar con buen pie quise que la primera receta fueran las “cookies fortune” pero fue imposible, así que aquí os presento mi primera receta con mi pequeño nuevo Severin: Roll de Canela con glaseado de limón!!!!
Tradición repartida entre el
norte de Europa y Estados Unidos, este dulce, repito, dulce postre, parece que
tiene un origen alemán. Sean cuales sean sus raíces, aquí os presento el primer
dulce de una nueva etapa de Los Dulces de Mi Vida!!!!
Por cierto, la receta es una
simbiosis de tres recetas distintas, ya que he querido hacer mi propia receta.
jejeje.
Roll de Canela
Ingredientes
Para el relleno
Para la masa
- 570 grs. de harina
- 25 grs. de levadura fresca
- 25 grs. de azúcar blanca
- 80 grs. de mantequilla
- 300 grs. de leche
- 1 pizca de sal
Para el glaseado
- 120 grs. azúcar blanca
- El zumo 1 de limón
- 1 pizca de vainilla en polvo
- 50 grs. de mantequilla
Elaboración
Para esta receta usaremos las
varilla eléctricas, que de repente descubrí que también eran de la misma marca
Severin!! jijiji. En un cuenco grande vertemos la leche y la batimos con la
mantequilla, es importante apartar un poco de esa lecha para poder diluir la
levadura. Cuando lleva unos minutos batiéndose, se le añade la levadura ya
disuelta en leche y unos momentos después el azúcar, la harina y la pizca de
sal. Si todos los ingredientes están ya bien mezclados lo dejamos reposar unos
30 minutos.
Ese tiempo lo utilizaremos para
realizar el relleno, éste debe incorporarse a la masa medio templado porque si
se enfría demasiado queda muy duro.
En una cacerola colocamos 90 de
los 120 gramos
de azúcar, la mantequilla y remover a fuego lento. Cuando la mantequilla está
disuelta y haya hervido 5 minutos, se le incorpora la canela, se remueve todo y
se retira del fuego. Cuando se haya enfriado un poquito se le añade el resto de
azúcar, no se le echa todo al principio porque queremos que la textura sea un
poco terrosa y que no se disuelva todo el azúcar.
En una superficie plana y algo
enharinada, se extiende en forma de rectángulo la masa de los rolls, se rellena
con el preparado de mantequilla evitando cubrir los bordes. Si se os queda
corto tendréis que hacer más relleno en el momento, a mí me paso porque extendí
mucho la masa, así que ser precavidos y tener los ingredientes del relleno en
doble cantidad por si hay que repetir la operación.
Se enrolla como un Roll de Café y
se cortan discos de unos 4 cm
más o menos. Los colocamos en la bandeja del horno, sobre una papel vegetal.
Hay que dejar un espacio entre ellos, porque luego doblan el tamaño. El horno
debe estar precalentado y estarán dentro unos 9-12 minutos a 210ºC (arriba y abajo).
En ese tiempo haremos el
glaseado: en otra cazuela se colocan el azúcar, la mantequilla y la vainilla,
se derriten despacio y removiendo. El limón hay que echarlo poco a poco yo al final eché casi ¾
de limón porque quería un sabor bastante ácido para contrastar lo dulce de esta
receta.
Cuando han salido del horno los
rolls, verter esta pasta que está medio líquida de forma irregular, que no
cubra todo el bollo, hacer unos hilos de glaseado. Dejar enfriar y sorprender a
los que más queréis con esta receta de aires ya primaverales!!!!
Comeme alegro de que vuelvan a tener horno, para que puedas hacer estas cosas tan ricas. Bss.
ResponderEliminarSiiiii muchas gracias!!!!
EliminarUn beso
Bueno los dulces te han quedado muy bien y la historia muy interesante, y siempre hay empresas y personas con buen corazón y talante, a pesar que en estos tiempos parece que no es posible
ResponderEliminarPor eso es importante que este tipo de historias se propaguen, para fomentar la magia de la vida!!!
Eliminar¡Qué buena pinta tienen! yo nunca he hecho, así que a ver si te copio estos!
ResponderEliminarun saludo
Angi
Hola Angi!!!! Pues ya me contarás que tal te quedan ;P
EliminarUn dulces saludo!!!
Genial historia Aida; por cierto, este es uno de mis dulces preferidos... los Kanelbull (creo recordar que se escrbía así) suecos. Prometo intentar hacerla ;-) Un besazo
ResponderEliminarHola Pablo!! Si, la historia ha sido una pasada, yo ni me lo creía jejeje. Pues si algún día lo haces, me encantaría saber qué tal te ha salido!!
EliminarUn beso!!
que bonitos y que ricos deben estas!! me llevo unos cuantos!! un besazo, Adela de http://eldulcepaladar.blogspot.com.es/
ResponderEliminarJajajajaja ya no nos quedan jejejejej volaron del plato!!!
EliminarMuaaa
me encanta la historia y tus recetas esta deliciosa bssss
ResponderEliminarMuchas gracias Nati, por aquí nos vemos!!
EliminarMuaa
ME encantan!!! yo voy como loca a los mercados alemanes a por ellos!! una vez intenté hacerlos, pero se me quedaron duros como piedras!!
ResponderEliminarPues te recomiendo probar esta receta, cinco días después estaban perfectos!!!
EliminarQue buenísima pinta, que colorcito. Dan ganas de comerse unos cuantos, te han quedado de maravilla!! Besos!!
ResponderEliminarSiiii muy apetitosos jejejeje. Gracias y besos!!!
Eliminaren mi blog hay una sorpresita para ti! espero que te guste http://eldulcepaladar.blogspot.com.es/2013/04/2-premio-liebster-award.html un besotee!
ResponderEliminarAhhhh Amor!!!! Muchas gracias!!!!
EliminarMuaaaaaa
Hola Aida, me llamo Lourdes del Blog el Buho goloso y yo también tengo una sorpresa para ti en mi blog. Tienes un blog precioso, cuidado y con cosas deliciosas.
ResponderEliminarFelicidades
Un beso
Bueno!!! Que semana de regalos!!! Muchas gracias ahora me paso y me quedo!!!
EliminarUn beso!!!
¡Qué historia tan bonita! <3
ResponderEliminarLa verdad es que no sabía que fuesen tan bien esos hornos eléctricos.
Nosotros nos mudamos dos veces al año (por trabajo) y más de una vez he descartado un piso para alquilar por no tener un horno en condiciones, pero si llego a saber esto me lo planteo dos veces...
Por cierto, llego aquí desde el Buho Goloso, pero creo que me quedaré para seguirte :)
Hola Laura!!!
EliminarEncantada de conocerte!!!!
Pues si, yo los conocía por un hermano mío y ni me lo pensé dos veces a la hora de comprarlo. Tienes que hacer más hornadas porque la bandeja es de menor tamaño, pero donde vas te lo llevas, pesan muy poco y son fáciles de transportar. Te lo recomiendo!!!!
Gracias por quedarte ya ahora paso por el tuyo ;)
Precioso e interesante blog. Me quedo por aquí!!!!
ResponderEliminarGracias Tris!!! BIENVENIDA!!!!
EliminarEstoy ordenando mi lista de blog favoritos, asi que como me gusta este tuyo pues te he puesto en ella, cuando tu quieras pasas a verte, y ya tienes enlace desde mi blog!!! :) un beso guapa!!
ResponderEliminarPues muchas, muchas gracias por incluirme!!! Yo también he incluido el tuyo!!!
EliminarUn beso!!!!
yo no se porque cuando publicas no me avisa el bloguer, este sistema me va a matar, asi tengo que ir manualmente cada dia los que puedo y visitar vuestras cocinas. me ha encantado TU HISTORIA, sinceramente cuando echamos la vista atras y descubrimos nuestros logros, eso me enorgullece, me hace sentir que hacemos algo bien. me alegro mucho de que gracias a esto hallamos conocido tu historia, dicen que no hay mal que por bien no venga. me alegro mucho de que sigas avanzando, ya te lo dije, eres una buena persona y mejor cocinera. ahora me salto el browny, que me pierdeeeeee y me voy a lo de tu huerto: yo ya he sembrado las hortalizas de esta temporada y te aseguro que el calabacín lo he comido de mil maneras diferentes, en bizcochos me ha gustado, así que no me pierdo probar esta mermelada. besosssssssssssssss
ResponderEliminarHola Pilar!!! A mi tampoco me llegan tus notificaciones, estos de blogger... se les ha olvidado jajajajaj:
EliminarComo siempre digo, muchas gracias por tus lindas palabras de felicitaciones y de ánimo.
Por favor ya me dirás que tal te queda la mermelada eh??
Muaaa
Pero si yo no sabía esta historia ... y me entero ahora, de casualidad y a cuenta de los madroños. Qué guay!!!! Me encanta que las pocas o muchas cosas bonitas de la vida también se registren. Me alegro que "magicamente" sigas haciendo las buenisimos postres que elaboras y que de vez en cuando compartes con tus compis ... jejeje. ¡¡¡¡¡ Para comerse los dedillos !!!!!
ResponderEliminarPues muchas gracias compi!!!! Ya sabes la vida es una caja de bombones, nunca sabes que te vas a encontrar!!!
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