Dicen que mañana viene lo que la
tradición china llama el “gran tigre blanco”, es decir, un frío que pela con
las cotas de nieve bajas y probabilidad de heladas, mi recomendación... una
bebida calentita y un buen libro contra los fríos invernales. Hoy presento
una receta que se toma bien caliente y
que es muy reconstituyente, se puede tomar para el desayuno, la merienda o
simplemente para templarse el alma y el cuerpo: el Atole.
El origen de esta receta se
remonta a la época prehispánica, donde los aztecas preparaban una bebida a
partir de masa de maíz con agua y lo endulzaban con cacao, chiles o miel. Ya
Hernán Cortés definió al atole como una bebida muy energética, y bien que lo
es, aunque se puede acompañar de algún bollito o concha, yo con la taza de
Atole me planto. Dicen que para adecuarlo más al gusto europeo le añadieron
leche en vez de agua, a día de hoy se prepara de las dos maneras y se usa una
alternativa a la masa de maíz que facilita la labor, la maicena.
Os recomiendo esta bebida típica
de México y otros países de Centroamérica y aunque se puede hacer de muchas
variedades: cacao, avena, fruta... yo me he decantado por la cajeta, que es como allí llaman al dulce de
leche.
Ingredientes:
- 1 litro de leche
- ½ bote mediano de dulce de leche
- 1 cucharada y ½ de las soperas de maicena
- ½ vaso (normal) de agua
Elaboración
Poner en una cazuela grande la
leche y llevarla a ebullición, controlado que no se nos vaya. Cuando lleve un
par de minutos cociendo, se le incorpora la cajeta y se disuelve removiéndola,
para los más golosos: se puede echar todo la cajeta que se quiera según se desee
de dulce el atole, para mí medio bote es suficiente. En el vaso que está a la
mitad de agua se le echa la maicena y se remueve para que se disuelva y no
tenga grumos. Verter poco a poco sobre la leche con cajeta y remover de manera
continua para mezclar bien todos los ingredientes.
Ya a fuego lento dejar que espese
y seguir dándole vueltas con la cuchara, más o menos unos cinco minutos más.
Después de haberlo apagado y que haya reposado unos 10 minutos, servir en tazas y degustar lentamente.
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