Esta semana presento una receta clásica dentro de la repostería española, que además cuenta con una curiosa historia que hasta ahora no conocía, pero gracias a internet este tipo de historias no se quedan en el olvido. Por lo que se ve tiene procedencia andaluza, más concretamente de Jerez de la Frontera, invento de las monjas de allí del Convento de Espíritu Santo por el 1324. Durante la época de la elaboración y clarificación del vino se utilizaban muchas claras de huevo y había un excedente de yemas, los lugareños donaban dicho ingrediente al convento y las monjas con creatividad inventaron este postre. Luego también se habla de su expansión por toda la península. Desde que tengo uso de razón los postres con el huevo como protagonista no eran de mi agrado, cierto es que a día de hoy las natillas de huevo me encantan pero entrar en repostería "tan anaranjada"... si tengo que reconocer que esta receta sale espectacular, pero ya va en gustos que los tocinillos de